lunes, 17 de enero de 2022

Manual de supervivencia universitario de Patricia (edición TFG / TFM)

¡Hola a todos! Antes de adentrarnos en el asunto spoileado en el título del post, me gustaría desearos un feliz 2022. Por aquí, comenzamos el año con las pilas cargadas y nuevos proyectos en mente. Sin embargo, para el universitario medio, el comienzo del año nuevo trae consigo uno de los momentos más estresantes del curso: la convocatoria de exámenes. ¡Pero ojo! De enero se sale: nuevas asignaturas, nuevos planes, nuevos profesores... y el TFG y TFM para los más veteranos de la facultad. ¿Qué decir de estos trabajos? Probablemente hayan sido mi mayor fuente de aprendizaje en mis años de universidad, pero la manera en que afronté cada uno de ellos fue totalmente diferente. Y de eso vengo a hablar hoy: mis trucos para empezar un trabajo de semejante envergadura y no echarse las manos a la cabeza. ¡Comenzamos!

¿Cómo acotar el tema? Cuando una materia te gusta, es muy difícil plantear tus objetivos de investigación. Todo parece interesarte y, si es tu primera vez, quizá no tengas mucha experiencia redactando objetivos. Respira hondo y abre el word, porque nos vamos a centrar en relaciones entre variables y en cuanto reflexionemos sobre lo que es en realidad una variable, te darás cuenta de que elegir objetivos es coser y cantar. 

Cuando hablamos de variables, hacemos referencia a características de una muestra o población de datos que pueden adoptar diferentes valores. Cada persona está sujeta o presenta numerosas variables: sexo, género, edad, nivel socioeconómico... y todas ellas repercuten, de algún modo, en la persona y su interacción con el mundo. Algunas, casi por obligación, tienden a estar presentes en todo trabajo científico, como son las tres primeras que he mencionado, pero otras muchas están completamente bajo nuestro criterio de selección. 

Mi recomendación es que elijas dos o tres que te llamen la atención y que, basándote en tus conocimientos, creas que pueden estar relacionadas. De este modo, ya tendrás tu objetivo general (que es en torno al cual va a girar tu trabajo): estudiar la relación entre variable 1 y variable 2 (¡recuerda que los objetivos se redactan con infinitivo!). De aquí, surgirán tus objetivos específicos, por ejemplo: investigar la prevalencia de la variable 1 y la de la variable 2.

¡Leer, leer y leer! Ya has acotado la relación de variables que quieres analizar pero, probablemente, no seas la primera persona que se ha interesado por esa correlación. Así que abre google scholar (para un primer acercamiento, es una plataforma muy útil) o dialnet, busca tus variables (si escribes "variable 1" y "variable 2" así en el buscador, encontrarás artículos que incluyan ambas variables) y lee. Cuanto más leas, mejor sabrás de dónde partes. Si no cuentas con una información ya filtrada antes de empezar a redactar, te verás en la situación de tener que ir enlazando artículos sin seguir un hilo argumental y llegarás a conclusiones que no estarán reflejadas en ninguno de los artículos que has leído. Esto te obligará a buscar otro paper en el que se concluya lo mismo (y esta forma de buscar fuentes ocupa, sin duda, mucho más tiempo). Pero ojo, no leas por leer y descargues documentos sin más. Lleva un orden y anota todo aquello que creas que puedes utilizar. Este es mi truco:

Para mí, esta forma de trabajo fue un game-changer. Cuando empiezas a redactar, tienes mucha información valiosa en la cabeza, pero no recuerdas de dónde la has sacado. ¿En qué paper estaba eso? ¿O fue una web? Con este método, tendrás todo organizado, sabrás a qué artículo corresponde y encontrarás fácilmente la información que quieres incluir en tu texto. Cada vez que abras un nuevo artículo, cítalo en tu documento de referencias. A continuación, copia y pega todos aquellos párrafos que te resultan interesantes y están relacionados con tu trabajo. Después, añádeles subtítulos descriptivos. Por ejemplo: definición variable 1, prevalencia variable 2, otras variables relacionadas con la variable 1... 

Síndrome de la hoja en blanco. Que no cunda el pánico, todos hemos pasado por ello. Escribir es difícil, pero seguro que si te fueras a tomar algo con un par de amigos y les contaras de qué va tu trabajo, no te costaría nada explicárselo. ¡Pues ahí lo tienes! Coge el móvil, entra a tu app de grabadora de voz y grábate contando el tema. Al hablar, tú mismo/a irás trazando el orden de la información que vas a incluir en tu marco teórico. Esto es fundamental, porque la introducción/justificación va a ser lo primero que lean de tu trabajo y tiene que estar cohesionada y ser coherente y atractiva para el lector/a. Recuerda que si es fluido a la hora de contarlo en un audio, ¡probablemente también lo sea a la hora de leerlo (¡y redactarlo!).

Espero que este post os haya ayudado (aunque sea un poquito) a dar vuestros primeros pasos con el TFG o a mejorar vuestra forma de trabajar con el TFM. ¡Nos vemos pronto en otro post!

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